Cuando alguien es intensamente atraído por otra persona de inmediato piensa que está enamorado y utiliza la palabra amor para definir esos sentimientos, es un error en el que se cae fácilmente ya que pocos conocen la diferencia entre amor y enamoramiento.
En el enamoramiento se borra la objetividad, los defectos no existen y alguien común pasa a ser visto como el más chispeante, gracioso, vivaz, inteligente, brillante, hermoso, sincero, honesto y una lista interminable de atributos imaginarios.
Por diversas causas de pronto ese hombre o esa mujer pasa a ser el eje en torno al cual girará la vida del enamorado y mientras le dure el embelezamiento no tendrá ojos para más nadie.
Síntomas del enamoramiento
- Se tiene como único pensamiento a la persona por la cual siente atracción, el resto del mundo desaparece totalmente.
- Cuando se está frente a la persona en cuestión se produce rubor, sudoración, taquicardia y las pupilas se dilatan, el solo hecho de oir el nombre puede provocar sensaciones similares.
- Se pierde la noción de las propias necesidades, no siente hambre, sed, frío, calor o sueño y puede pasar horas al lado del objeto de sus deseos simplemente mirándolo o escuchando su voz.
- La realidad queda distorsionada a tal punto que solo se ve lo que se quiere ver aunque delante de los ojos se presente todo lo contrario.
- El efecto del enamoramiento lleva a querer complacer a la otra persona y todo es poco para brindarle y satisfacer sus gustos.
- El desmedido interés por impresionar no se limita sólo a invertir en regalos e invitaciones, sino también en si mismo ya que para verse bien puede cambiar su vestuario y adoptar hábitos que exceden sus posibilidades económicas llegando a contraer deudas que luego traerán serios problemas.
- Se tiene una falsa sensación de grandeza, se siente omnipotente, seguro de mismo y totalmente capaz de llevarse el mundo por delante, no hay lugar para los pensamientos racionales, toda su mente está dirigida hacia la conquista realizada o por realizar.
- Se produce una euforia desmesurada, una felicidad constante por lo que es común tener una sonrisa permanente en los labios o reír a carcajadas ante cualquier tontería.
- Se cambian los comportamientos habituales y se imitan los de la otra persona, en casos extremos se puede adoptar hasta los gestos y la forma de hablar del otro.